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sábado, 26 de agosto de 2017

Un paseo en burra.

La velocidad hacia que su barba se moviera suavemente, al unísono de la melena que sobresalía por debajo de aquel casco, como si las llamas que lo adornaban hicieran que el pelo se moviera por la velocidad del viento.

Las Rayban cubrían los ojos ante la posibilidad de que algún mosquito le jugara una mala pasada.

Llevaba una vieja cazadora tejana de esas que están desgastadas por el paso de los años y los continuos lavados, en la espalda cosido a mano una vieja calavera vanpirica logotipo  de uno de esos grupos de rock duro que tanto relajaban en las madrugadas.

En el brazo derecho el mas diestro estaba sujeta a su  muñeca aquella  muñequera de cuero ya desgastada que le hizo expresamente un buen amigo, junto a la vieja funda del Zippo, en la misma mano en el dedo indice un gran anillo de plata con la forma de una calavera, como habitualmente solía decir, con varias calaveras encima siempre se piensa mejor.

Em su otra muñeca el peluco de acero inoxidable  un modelo de esos que usan aquellos que tienen por costumbre hacer cosas dificultosas, de gran resistencia inclusive a su mismo dueño.

La burra era una imitación a las viejas Harley con sus guardabarros decorados con las llamas que tenia la moto de Jonny Blaze en los cómics, del motorista fantasma, tanto en su parte anterior como en la posterior, también el deposito estaba decorado de la misma forma, como mandaban los cánones de este Roll.

Em las alforjas de ambos lados del asiento de la burra, había unos altavoces que se conectaban por tecnología sin cables con su telefono Mobil para los momentos de relax poder escuchar música tranquilamente donde se le apeteciera.

el sonido de la maquina era lo suficientemente ruidoso como para deleitar sus oídos con el  motor, pero tampoco como para que supusieran problemas en el descanso de los demás cuando hacia sus escapadas nocturnas en busca del amanecer con aquella maquina.

Pronto a sus ojos llegaron las primeras luces del día y fue frenando la marcha de la bestia, hasta aquel punto donde se podía observar un bonito amanecer.

Cuando llego al lugar ya revisado termino por parar la maquina y desconecto el motor de esta, desmontando de ella.

Se acerco a la parte donde estaban las bolsas de transporte y aquella bolsa que había hecho en aquel viaje el cometido de copiloto. Deshizo las ligaduras que mantenían sujeto aquel bulto de la maquina y saco aquel instrumento metálico de su bolsa contenedora.

Lo preparo y dejo bien fijado en el suelo, usando para ello los anclajes que tenia para superficies blandas.

Volvió a la burra y saco de una de las bolsas de viaje una funda y la abrió, sacando el instrumento que ella contenía y tras comprobar que todo estaba en buenas condiciones lo coloco encima del trípode que antes había asegurado en el suelo. Termino por sacar el cable de disparo y colocarlo en la Nikon, encendiendo la maquina, según lo que decían quedaban unos 25 minutos para que saliera el sol y aquellos minutos que le quedaban le darían tiempo para terminar de preparar la maquina hacer algunas tomas de prueba y ir preparando las cámaras  para conseguir las instantáneas que quería realizar.

Se volvió a mover hacia la chopped hacia la otra bolsa de transporte de la cual saco otra bolsa un tanto mas grande que la anterior y ademas mas antigua, de ella saco con mimo otra cámara de fotos, otra Nikon, aunque esta era mas antigua y usaba carretes de 35 mm para tomar las instantáneas, en esta maquina había cargado un carrete en blanco y negro, era cierto que ese efecto lo podría conseguir con las fotos que hubiera sacado con la maquina digital, pero era un viejo purista y preferia hacer las fotos en blanco y negro a la vieja usanza aunque esto supusiera tener que trajinar con los productos químicos y las ampliadoras para poder ver su resultado sobre el papel y lo mejor de todo después digitalizar el trabajo mediante un escáner de fotografías para conservarlo para años después cuando el papel ya estuviera amarillento y la foto hubiera perdido su calidad.

Para usar la maquina analógica como siempre se planteaba el reto de conservar el pulso y hacer la foto sin trípode ni ayuda de cable de disparo, todo al mejor estilo purista, como había aprendido en su niñez.

Llego el momento de la llegada del sol por encima de unas montañas y dando su luz a un hermoso valle verde, hizo unas mediciones con la cámara analógica y tomo unas capturas procurando ni respirar.

Dejo la maquina analógica encima de la burra y cogio el cable de disparo de la maquina digital, mientras que acercaba el ojo derecho a la pequeña ventanilla del visor de la maquina.

Podría usar la pantalla de la maquina que le permitiría poder verlo todo con mas tamaño pero su cabeza siempre lo hacia olvidarse de la pantalla y usar el dichoso visor.

Leyo los datos en fósforo verde de la parte inferior del visor, velocidad, de obturación, apertura y sensibilidad programada en la cámara, todo le indicaba a su cerebro que todo estaba en las mejores condiciones para aquellas tomas y apretó el cable de disparo, espero varios segundos hasta que por el visor se volvió a adentrar La Luz que venia del paisaje, volviendo a apretar otra vez el cable de disparo, para volver a tomar otra foto.

Se puso recto y encendió un cigarrillo con el mechero que estaba en su cadera izquierda, exhalando unas caladas de aquel humo a tabaco negro.

Siguió emborrachándose con aquella belleza tranquila y exuberante, toda la naturaleza fantástica y maravillosa que uno podría disfrutar en aquel paraje.

Termino su cigarrillo y volvió a coger la maquina analógica, comprobando como había cambiado La Luz en esos 5 minutos donde ya habían algunos rayos de sol que alumbraban mejor El Valle.

Volvió a tomar unas instantáneas, mas y volvió a mirar hacia la maquina digital.

Apago la maquina analogica y la devolvi o a su funda y a su compartimento dentro de La Bolsa de transporte dentro de la burra.

Volvio hacia el trípode y la maquina digital, se lo tomo con calma encendiendo otro cigarro, del que exhalo un par de caladas con tranquilidad.

Mientras en los cristales de espejo de sus gafas se reflejaba el sol que se iba asomando por las montañas. Volvió a echar un vistazo por el visor, comprobando que había que realizar unas pequeñas correcciones en el quitasol de goma que estaba enroscado en la punta del objetivo para evitar que la foto saliera quemada, tras la corrección volvio a mirar por el visor y le gusto lo que veía.

Volvió a coger el cable de disparo y volvió a tomar unas instantáneas, aunque no lo fueran tanto ya que cada una mantenía el obturador abierto 2 segundos para que La Luz llegara al sensor de 20 mega con toda su fuerza.

Tras estas fotos se dio por satisfecho y apago la maquina, encendió otro cigarro y poco a poco comenzó a recoger los bártulos y guardarlo igual que como habían llegado hasta allí.

Cuando hubieron estado todos los bartulos guardados volvió de nuevo a quedarse admirando el momento en el que el día comenzaba a nacer en aquella latitud, a escuchar el sonido de la vida en forma de canto de pájaros y ver el milagro de la vida.

Se acerco al vientre llameante de su burra y cogio el casco y se lo coloco en su lugar, lo aseguro con sus amarres en su cabeza y procedió a ocupar su montura, arranco a la bestia e inicio la vuelta hacia su lugar de residencia con el aire sobre su cara.

De repente estornudo, el aire era fresco, por el acondicionador que había en la habitación, se incorporo y cogio de la mesita de noche unos enseres, salio del cuarto en  silencio y se dirigió hacia la puerta metálica al mismo tiempo que al cruzar una de las puertas cogia aquel utensilio que en su momento era blanco y ahora mostraba sus huesos de aluminio, por el uso.

Abrio la puerta metálica, quito la parte superior de  la funda de cuero y saco uno de los puros que había dentro, uso el cortapuros  para prepararlo y cogio el zippo que llevaba para encenderlo.

Se acerco al muro  con la ayuda del bastón que llevaba en la mano derecha y busco el cenicero que había en la azotea para esos momentos de esparcimiento escuchando música y fumando.

En fin a veces es bonito soñar con cosas que sabes que no puedes hacer ya, pero no puedes amarrar a la mente en el proceso de soñar y con sueños como este también se consigue la felicidad.

domingo, 6 de agosto de 2017

Maestros y besugos.

A veces ver los toros desde la barrera y poder silbar al torero o dedicarle un sonoro OLE puede ser algo sencillo.

Hace muchos años que alguien que fue un gran apoyo en mi formación como ser humano decía.

Un hijo es una enfermedad de 9 meses y una convalecencia de toda una vida, que razón tenía……….

Desde mi puesto en el tendió 7 puedo ver las faenas de diversos maestros, unos que realizan su labor con exquisitez y otros que hacen mas espantas que Curro Romero. Aunque se les considera como maestros de estas cosillas.

Reconozco mi admiración por ese maestro, el cual estando en una situacion dificil, viendo como llegaba el final del sendero de quien duraunte mas de la mitad de su vida habia sido su media naranja, habia dejado a un lado los rencores y las disputas para decirle a lo único que unía esa mitad de la naranja con esta otra.

Aprovecha, bésala, abrázala y esta con ella, por que no sabes cuando esto dejara de ser asi.

Esto dicho en una conversación entre amigos, en la cual tan solo se busca el desahogo de la impotencia de lo más básico que somos, seres humanos, fue una demostración de calidad humana que es dificil de tener en cuenta por quienes sabemos de ella.

Despues quedan aquellos aprendices del todo y maestrillos de la nada.

Ver como vamos quejándonos por las esquinas de determinadas situaciones pero despues somos meros besugos, dejándonos morir por la boca. Pues demuestra que al final no servimos ni para aprendices de meros besugos.

Precisamente yo no puedo ser un referente en lo relativo a relaciones paterno filiales. Pero que os puedo decir, a veces hay situaciones que son realmente insalvables y aunque uno ponga algo de generosidad, que no se si yo en su momento puse mucha o nada, pero siempre hay alguien que debe de ceder.

Por lo general los que ceden suelen ser los que atesoran más sabiduría y por lo tanto edad, claro cuando hay algo dentro de la calabaza.

Lo que si que tengo claro que el ser padre es tener miedo desde el mismo momento en que sabes que hay alguien indefenso y frágil que depende de ti, hasta el ultimo momento de consciencia previo a dejar este plano de existencia, por que a fin de cuentas miedo siempre se tiene y esto es casi imposible de dejar a un lado.

Personalmente cuando veo un niño, se me despierta el sentido aracñido, que aunque no me ha picado una araña radioactiva si que es cierto que se me erizan los pelos del cogote y uno centra todos sus sentidos en ese ser humano más débil e indefenso.

Como he dicho mi postura puede ser mas fácil, aunque bien es cierto que siempre he sentido un cariño especial por esos locos bajitos, también es cierto que ellos son los únicos que lo dan todo sin pedir nada a cambio y que es en su desarrollo como supuestos seres humanos cuando van perdiendo esa cualidad para pasar a tener ambiciones, convertirse en seres interesados y que terminan por buscar la forma de diferenciarse de los demás por lo que tienen y no por lo que en si son.

Pero esto a fin de cuentas sigue siendo responsabilidad o culpa de aquellos que habiendo dejado hace mucho su altura estamos a su alrededor.

De un tiempo hasta el día de hoy pienso que un niño tiene siempre un 95% de su progenitora, que para eso es quien aporta en nuestros cuerpos todo lo que al final somos, nos formamos dentro del vientre de nuestras madres y por lo tanto aunque no nos pueda gustar todo lo que fisicamente somos se lo debemos a estas, mientras que el padre en esto tan solo ha proporcionado una mera célula para que se produzca el milagro de la vida.

Por eso pienso que una madre nace, mientras que un padre debe de hacerse y no siempre aquellos que ostentan ese titulo son merecedores de el.

Aunque como dice bien el dicho, siempre hay una excepción que confirma la regla, en ambos casos.