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martes, 13 de octubre de 2015

mi campanilla deliciosa y particular.

en estos días ha estado lloviendo en la ciudad.

la verdad es que me siento como un gorila con dos uzis en cada mano si salgo a la calle con un paraguas.

pos que quereis que os diga si para una persona ciega el salir a la calle con un bastón blanco en la mano y un paraguas en la otra es como tirar una cajetilla de mistos encendía en mitad de un pozo petrolífero en Kuwait.

por lo tanto disfruto de estos días de lluvia con mi poncho verde de goma gruesa y que me permite el poder usar en bastantes buenas condiciones a mi querido barrancas, nombre cariñoso que le he puesto al pobre baston.

la verdad es que el entrar o salir de plaza de armas es lo realmente complejo, por que con sus eternas goteras es un tanto difícil poder hacer ese ejercicio de esquí sin nieve que hay que hacer para poder esquivar los cubitos. me planteo si con ese entrenamiento  podría ir a las olimpiadas de invierno para competir en el super slalom, pero eso si, a ver si hay suerte y hacen como con los mundiales de Qatar y las hacen en los meses  de calorcito que eso de la nieve y el frio no esta hecho pa mi.

 el no tropezarse con los cubitos que hay para recoger el liquido elemento cuando llueve y se cuela en la sala de espera como otro viajero  mas a esperar a tomar  un bus.

pero reconozco que no solo son  los cubitos de marras cuando llueve los que pueden suponer una molestia, el pasado viernes, por ejemplo, volvi mas tarde de lo habitual, por lo tanto me lleve por delante o se me llevaron a mi, entre bastantes objetos diambulantes no identificados, que parece ser que nunca habían visto a este Samurai del bastón blanco.

pero en fin que le vamos a hacer si las cosas son así, gente que va a lo suyo y pasa olímpicamente de darse cuenta de que es lo que ocurre a su alrededor, que tan solo se preocupan de si mismos sin darse cuenta que esa maleta esta entorpeciendo el paso de alguien o no.

pero la verdad es que he de decir que otras cosas no son tan malas, la verdad es que algunas de estas malas costumbres pueden ser muy gratificantes e interesantes y generar situaciones con resultados sorprendentes.

reconozco que no entiendo por que la gente en plaza de armas se sienta en el borde de la rampa, esperando a que llegue el autobus para poder ir a el trabajo o a su hogar.

es cierto que esta costumbre que mantienen algunos de los pasajeros que esperan a que llegue el bus es menos intrunsiva que el hecho de que el personal se siente en los escalones de acceso a la estación por su entrada, a la estación, que siendo estas bastante amplias es cierto que a veces no lo suficientemente con respecto a la cantidad de gente que salpican dichas escaleras.

pero he de reconocer que hay algo que en realidad ahora podría haber resuelto una de estas situaciones, la colocación de un banco cerca de el anden en el cual cojo el bus.

no esta nada mal, aunque por que no volver a quejarme, cuando podría poner en peligro mi integridad física al no tener puesto ese blanquito un cascabel o campanilla.

la verdad es que ha cambiado muchas cosillas la colocación de el banco, del cual ya he intentado sacar dinero, labor infructuosa, por que en realidad entre estos bancos y esos en los cuales se saca dinero, este banco no tiene cajero ni físico ni automático, a ver entonces por que les dicen bancos…..


pero bueno aunque podría ser un tanto peligroso es bien ciertoque muchas mañanas ese banquito tiene su propia campanilla, un tanto peculiar, pero a fin de cuentas campanilla, que siempre me avisa de donde esta con su delicioso   ay ay ay ay……..


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