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domingo, 21 de enero de 2018

A mis cuarenta y tantos......

Como canta Sabina, a mis cuarenta y tantos….

Pues resulta que tras haber llegado en el día de ayer a los 48 añitos, que no añazos pa ver si así parecen menos…. Pues esta semana he tenido la oportunidad de hacer algo que cuando lo he pensado, nunca lo había hecho en mi vida, aunque he estado en bastantes situaciones como para hacerlo, pero también es cierto que no con las mismas condiciones y por lo tanto disfrutaba mucho mas con hacer la primera foto, con la vieja cámara de 35 Mm y en este caso ha sido de otra forma de la cual he podido tomar la imagen de la pequeñina.

Pues si mientras que enfilaba hacia los cuarenta y muchos, he tenido la oportunidad de tener entre mis brazos una vida en su comienzo, a las poquísimas horas de su salida a este mundo, tan mundial.

La sensación al tener entre los brazos algo tan hermoso como una nueva vida, algo que esta comenzando y que en esos momentos no es mas que un pequeño ser humano que acaba de llegar y que da sus primeras respiraciones, sus primeros latidos, sus primeros movimientos de piernas y manitas fuera del calor y protección de su madre, por que no decirlo, sus primeros llantos.

Ha sido realmente increíble después ver como en brazos de su padre lo escuchaba al igual que hacia cuando estaba dentro de la barriga de su madre y estaba pendiente de el, como si llevara toda su vida escuchándolo.

Ha sido algo realmente increíble las sensaciones trasmitidas por ese pequeño ser que comenzaba su vida mientras que otros continuamos con una que ya comienza a ser larga.

Creo que Durante mucho tiempo no poder olvidar esas manitas pequeñas y con una piel un tanto rugosa y que en pocos días seguro que tornara a ser lisa.

Esos piececitos, que estaban desnudos y que eran al mismo tiempo tan pequeños y delicados. Esas manitas, que serán grandes, según mi opinión, que estaban allí y que si bien es cierto que ahora no lo hacían, pronto espero que cojan alguno de mis dedos y lo aprieten como ese juego que suelen hacer todos los pequeñines de pocos meses de edad.

Tal vez sea por ser la primera vez que en lugar de mirar desde la distancia a un recién nacido, en esta ocasión lo he tenido entre mis brazos y he podido sentir mucho mas de cerca lo que es y representa tener entre los brazos una vida en sus comienzos como la de la pequeña Leonor Altagracia.

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